Relato 4

01.06.2020

Relato 4

Por: Huitaca.m

Después de una noche de recuerdos borrosos, olor a cerveza y cigarrillo en el ambiente, ya de por si viscoso, me levanto con él. ¿Quién? No lo tengo claro, solo sé que hasta ahora yo soy yo, y él. Un completo extraño para mí, con la verga al aire mientras se tapa la cara con el dorso de la mano.

Vagos recuerdos de la noche anterior llegan a mi, a medida que soy consciente de mi completa desnudez y unos cuantos magullones en mi cuerpo: Cuello, tetas, culo... Una noche de ajetreo y mucho sexo, de seguro.

De repente, me bombardea la imagen de ese extraño bailando conmigo en aquel insalubre lugar donde tantas faenas he presenciado, mientras muevo mi cuerpo de la manera más lasciva posible y me restriego contra su entrepierna. Él agarra mis caderas mientras observamos, entre la tenue luz, una escena tan excitante, que, de solo recordarla, mi cuerpo reacciona, mis pezones se endurecen y el rubor llega a mi rostro.

Otro recuerdo llega a mí. Tengo su sexo en mi boca, mientras él me mira con esa obscena mirada. Sus pupilas se dilatan y comienza a mover su cadera, al inicio con movimientos tenues y controlados, pero a medida que mi boca succiona y mi lengua roza, él frunce el ceño y sus movimientos se vuelven erráticos. Sus piernas tiemblan, mientras que yo sigo ahí, elevando mi ritmo, mientras que contemplo como se rinde su voluntad ante mí. Aprieta fuertemente los parpados, separa los labios y los jadeos comienzan a salir de esos labios, y el sudor cae lentamente por su pecho. Agarra mi cabello y me empala hasta el final, contengo mis arcadas y poco después, él estalla en mi boca.

Me levanto, y ¡Joder!, me mata a cabeza. Él se levanta al percibir el movimiento de la cama... con una erección en camino. Me mira entrecerrando sus ojos y elevando una sonrisa maliciosa en su rostro, a la par que pasa sus manos lentamente por su verga. Se levanta y acorta la distancia entre nosotros, me gira y apoya mis manos contra la pared. Me pone en posición y me penetra sin previo aviso.

Se mueve dentro de mi mientras yo lo recibo con una extraña familiaridad, mi vagina lo succiona y abraza su erección... A poco tiempo él termina dentro , sin yo poder llegar al orgasmo.

Se viste, camina hacia la puerta y me deja allí: confundida, temblorosa, excitada y hecha un manojo de interrogantes, sobre la noche de ayer.

Imagen tomada de la obra de Leonor Fini "The Alcove?" (1941)

Huitaca.m
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